LA TERCERA about Illegal Adoptions in Chile
Autor: Angélica Baeza
MIE 26 SEP 2018 | 09:51 AM
“Siempre quise aprender español para que en un futuro fuera más fácil buscar a mi madre biológica”. María Diemar, de 41 años es una chilena adoptada de forma irregular por un matrimonio sueco. Creció en el seno de una familia que le entregó amor y también una historia que creyeron era verdad por 30 años, y que cuando María decidió buscar a su madre biológica, descubrió una red completa de ilegalidades, que sólo en Suecia afectó a 2.200 niños nacidos en Chile.
Esta vez está en suelo chileno para cumplir una serie de citas, entre ellas con el ministro Mario Carroza, quien ordenó en febrero de este año a la Brigada de Inteligencia Policial de la PDI, indagar 579 casos de adopciones ilegales de niños chilenos a matrimonios extranjeros entre 1973-1990.
“Mi familia adoptiva siempre me apoyó en todo y creían que todo había sido normal. Siempre me dijeron este es el nombre de tu mamá, esta es tu historia, fue como un cuento, y también adoptaron a otro niño de Chile, que es mi hermano adoptivo, y también descubrimos que fue todo irregular”. Así parte la búsqueda de la verdad por parte de María Diemar, quien además se convirtió en representante de la asociación Chileadoption.se que agrupa a los chilenos adoptados ilegalmente en Suecia.
María se encuentra en el país tratando, nuevamente, de buscar justicia y respuesta para cientos de chilenos que se encuentran repartidos por Europa y Estados Unidos, y que descubrieron que fueron vendidos para su “adopción”.
Su historia es similar a la de todos los demás. Había una asistente social que insistía a las mujeres que no estaban aptas para hacerse cargo de sus bebés y les arrebataban a los recién nacidos.
María comenzó a buscar a su madre el año 2003. “Empezaron a hacer reportajes en la televisión y yo tomé contacto con un periodista, le mandé mis papeles y me dijeron que yo tenía doble identidad (…) siempre he tenido amigos de chilenos adoptados y que viven en Suecia y ellos también ahora descubrieron que sus adopciones fueron ilegales, lo que hace más fácil entenderlo y estamos todos juntos, por eso yo he tratado de ayudar con mi español a todos”, relata.
En medio de su investigación descubrió que una misma asistente social que vivía en Santiago y que trabajaba con una mujer sueca que vive en Chile, aparece mencionada en los papeles de muchos niños que fueron enviados a Europa.
Así fue cuando comenzó también a revisar los orígenes de su hermano adoptivo, también chileno. Entre 1971 y 1979, la “mujer sueca” como la menciona María realizó cerca de 800 adopciones y no fue hasta octubre de 1979 cuando pasó a ser empleada de Adoptionscentrum, la organización sueca que aún funciona y coordina el traslado de los menores recién nacidos con sus nuevas familias. “En este tiempo la organización le pasaba plata y ella pagaba a la gente con la que trabajaba en Chile, a una asistente social llamada Julia Muñoz, también Esmeralda Quezada y le pasaba plata a los médicos, a los cuidadores”, asegura.
Búsqueda de respuestas e investigación
María nació en Lautaro, a través de un parto normal. Luego de salir del cuerpo de su madre, una asistente social le dijo que no podía quedarse con su pequeña recién nacida, porque sus patrones no querían niños, por lo que tenía que firmar una serie de papeles. “Según mi mamá ella no firmó nada, entonces no sabemos si falsificaron la firma o simplemente no existen tales papeles, porque no están”, explica.
Después de eso, la mujer nunca buscó a María y hasta el día de hoy la relación no existe. Su madre nunca contó a su familia- padres e hijos mayores- que se encontraba embarazada, ya que ella vivía en su trabajo puertas adentro y no veía a sus niños. Es por esto que actualmente no se han visto y María entiende que “ahora para ella es un mal momento”.
“Dijeron que mi hermano había muerto”
“En el caso de mi hermano adoptivo la situación era distinta a la mía porque él tenía toda la información, existían los papeles. Sale en una carta que su mamá estaba estudiando en la universidad para ser profesora y que no podía tener el hijo y que estaba sola, pero cuando vi los papeles me di cuenta que él tenía dos números de identidad y él llegó de cinco semanas a Suecia y algo parecía muy raro para mí, entonces decidí enviar a Chile sus papeles para que me ayudaran y encontraron a su mamá. Ella siempre pensó que su hijo había muerto, entonces eso ha sido algo muy fuerte para ella, recuerda el 15 de agosto de hace 41 años como la fecha en que murió su hijo. Ella desde ahí no quería tener hijos ni nada, y el año pasado se enteró de la verdad”.
Esta impactante historia también ocurrió en la Región de La Araucanía, en Temuco, debido a que muchos adoptados en Suecia son de esas ciudad, Concepción y alrededores. “El sábado pasado fui con la mamá de mi hermano al hospital donde nació, yo pude sacar fotos para que él las viera. Para mi hermano ha sido muy difícil aceptar esto”.
Y es así como también esto ha afectado a la familia adoptiva de María en Suecia. “Ellos también están muy mal, porque se sienten culpables, que por qué no investigaron los papeles antes, pero ellos nos adoptaron por una organización”.
“Tengo dos nacionalidades”
Alejandro Quezada tenía sólo 6 meses cuando llegó a Holanda y hoy de 39 años se encuentra viviendo en Chile, junto a sus hijos y esposa. Él también descubrió que su adopción había sido ilegal.
Sin embargo, el drama que vive hoy en nuestro país es mayúsculo, ya que tiene dos nacionalidades: la chilena y la holandesa.
Fue arrebatado de los brazos de su madre, a quien le dijeron que su hijo había muerto producto de la ictericia. La común denominador de la zona de Paillaco, una monja holandesa conocida como sor Gertrudis, quien se llevaba a los pequeños. La misma mujer, 17 años después, los reencontraría, haciendo caso omiso del robo en el que ella misma participó.
En 1997, Ivan Gabriël de Boer encontró a su madre chilena, obteniendo su nombre chileno, Alejandro Quezada. Y esto provoca que en Chile sus hijos no sean tal, ya que en el acta de nacimiento holandesa, su padre es Iván, ciudadano holandés y no Alejandro. ¿Qué pasaría si los pequeños o su mujer tuvieran un accidente? simplemente no habría sistema de salud que los protegiera y deben recurrir al pago particular.
SOURCE:
https://www.latercera.com/la-tercera-pm/noticia/adopciones-ilegales/330344/